Contar con un asesoramiento jurídico legal, seas autónomo o una empresa, es vital para llevar a buena práctica todas tus actividades dentro del mundo laboral. Con ella, contarás con amplios consejos para resolver y adelantarte a cualquier conflicto legal. En su contrario, la asesoría legal te ayudará a identificar los problemas. 

Las empresas deben afrontar determinadas situaciones que irán surgiendo a lo largo de sus actividades profesionales y, por ello, es conveniente contar con la figura de un asesor jurídico. Conocido como asesor legal para preparar los procedimientos judiciales

¿Qué es un asesoramiento jurídico legal?

El asesoramiento jurídico legal es la orientación que ofrece un profesional del derecho en materia legal. Este asesoramiento u orientación se da en cualquier rama jurídica para ayudar a resolver los complejos problemas que pueden surgir en relación a las ciencias jurídicas.

El campo de las ciencias jurídicas y la legalidad es muy amplio, así como la normativa que lo regula. Por ello, un profesional del derecho puede asesorarte con respecto a la dificultad dada por el carácter de subordinación y dependencia que ejercen unas leyes sobre otras.

Estos profesionales del asesoramiento ofrecen un trato personalizado y se encargan de dar sus opiniones y consejos a empresas y particulares. Su objetivo final es conseguir el buen funcionamiento y el cumplimiento de las normas por las que se deben regir dentro de cada ámbito profesional. El asesor jurídico es un abogado experto que ayuda a resolver los problemas que puedan surgir con la justicia y prepara la defensa de los interesados. 

¿Cómo puede ayudarme un asesor jurídico?

El asesor jurídico o legal puede llegar a ser de gran ayuda para adelantarnos a posibles sanciones por incumplimiento de alguna regla y poder evitarlas. Las funciones del profesional pueden variar en función del ámbito que vayamos a necesitar, desde el mercantil hasta el laboral. Este y otros más son los servicios que desempeña:

  • Cumplimiento de la normativa: debe garantizar que la empresa o particular desempeñe su actividad dentro del marco legal establecido. 
  • Conocimiento de las novedades: la normativa vigente está en constante evolución. Por ello, debe hacer un seguimiento continuado de todas las actualizaciones para estar bien informado.
  • Papeleo: se encarga de redactar y formalizar los documentos que necesita la sociedad o autónomo para tramitar su constitución. 
  • Contratos: materializa cada contrato y negocia cada punto del mismo. También, se encarga de los acuerdos comerciales con los clientes y de la toma de decisiones. 
  • Procedimientos judiciales: si la empresa tuviera que hacer frente a un juicio, el asesor jurídico plantea la estrategia a seguir para su defensa. 
  • Obligaciones administrativas y fiscales: orienta a los clientes en todo lo relacionado con materia fiscal y administrativa.
  • Trámites y gestiones: realiza todos los trámites legales que hay que efectuar en notarías u organismos públicos. 
  • Asesoramiento y solución de problemas: propone políticas legales para que la empresa lleve un buen funcionamiento y resuelve los conflictos que se generan.   
  • Emisión de informes: analiza la situación de la sociedad y elabora los informes correspondientes incluyendo posibles mejoras. 

Ramas del asesoramiento jurídico legal

Dependiendo de la actividades en las que necesitemos ser orientados, el asesor judicial puede abarcar distintos ámbitos del derecho y realizar diferentes funciones. Los tipos de derechos en los que podemos recibir asesoramiento jurídico son:  

  • Derecho mercantil: se encargan de las operaciones de mercado entre comerciantes y clientes para seguir las leyes por las que se rigen los actos comerciales. En este ámbito destacan los documentos que hay que tramitar para adaptarse a la normativa sobre comercio exterior, importaciones y exportaciones y las aduanas. 
  • Derecho social: protección ante los conflictos que puedan surgir dentro de la organización empresarial entre trabajadores y personal. Por lo general, el asesor deberá hacer frente a que ningún empleado sufra discriminación laboral. 
  • Derecho laboral: este tipo de derecho deriva del derecho social. Se abarcan las relaciones entre dirigentes y empleados. 
  • Derecho civil: compuesto por las relaciones personales, como la tramitación de documentos de sucesiones, alquileres o contratos de compraventa. 
  • Derecho contencioso-administrativo: es todo lo relativo a las organizaciones públicas como sanciones de tráfico o reclamaciones de impuestos.